La vivienda Soietxe, diseñada como un refugio de fin de semana, se integra armoniosamente con su entorno natural, maximizando la conexión con el jardín, el huerto y los espacios exteriores. Las dimensiones compactas del proyecto permitieron un enfoque preciso y funcional, donde cada espacio cumple una función clara.
Ubicada en un cruce de caminos, la casa se beneficia de un paisajismo y una jardinería cuidadosamente planificados, creando un refugio íntimo que aísla del tráfico y el ruido circundantes. Este diseño favorece una atmósfera atemporal de paz y tranquilidad, ofreciendo un remanso sereno en plena naturaleza.
Este proyecto celebra la simplicidad arquitectónica y la integración con el entorno, ofreciendo un espacio que dialoga con la naturaleza y satisface las necesidades de sus habitantes en una relación armoniosa con el paisaje.
La orientación del proyecto desempeña un papel central, abriéndose hacia las zonas soleadas a través de un amplio porche que extiende el espacio habitable al exterior y conecta a los residentes con el paisaje circundante. Mientras tanto, la fachada más cerrada de la vivienda garantiza privacidad en las zonas de estar, evocando una sensación de recogimiento y calma.
El tejado a dos aguas responde a las normativas urbanísticas locales, pero el diseño trasciende la estructura tradicional mediante dos cortes diagonales en la planta, que otorgan a la casa una identidad distintiva.
Este gesto sutil redefine el volumen del edificio, realzando su carácter, mientras los acabados de lamas de madera se integran de forma natural con el paisaje y la arquitectura rural del entorno.