GOENETXE BASERRIA, Lujo y exclusividad en uncontexto rural único ytradicional
Un hogar debe ser una expresión del alma. Debe representar el modo de vida y las ideas que definen distintos gustos, perspectivas y vínculos con el mundo. Elegancia en los materiales naturales, nobleza sin artificios, atemporalidad con tradición: estos son los principios que definen la renovación del baserri Goenetxe.
Este espectacular caserío, que data del siglo XV, se alza imponente en el entorno rural de Gipuzkoa, entre amplias colinas cubiertas de hierba. Lo que fue antaño el hogar de una familia noble, como lo demuestra el escudo de armas que se conserva en la fachada principal, había pasado en los últimos años a funcionar como almacén de ganado. Para nuestro equipo, este proyecto es un ejercicio de reinterpretación de un edificio histórico único y valioso, adaptándolo a los estándares y necesidades actuales. Se redistribuyó el interior, se modificaron las relaciones espaciales y se cuidaron todos los materiales.
En una vida acelerada, una mirada al pasado para valorar la esencia de la sencillez.
Conservar la esencia rústica del tradicional baserri vasco fue una premisa, incluyendo buena parte de la decoración, el mobiliario y los acabados. Elementos de mobiliario moderno destacan en este estilo predominantemente tradicional como si se tratara de piezas de museo cuidadosamente seleccionadas. Siguiendo este criterio, se propone una intervención que libera la estructura original para dejarla a la vista y se convierte en el corazón del proyecto. Nos inspiramos en las formas, colores, materiales y texturas del pasado de Goenetxe para diseñar este espacio. Un vacío central deja expuestas las columnas que se extienden desde la primera planta hasta la cubierta, de modo que este espacio central funciona como una exhibición de la estructura y la trata como una auténtica obra de arte.
LA SOLIDEZ DE LA PIEDRA, LA CALIDEZ DE UNA MADERA DE MÁS DE 500 AÑOS
El resultado es una intervención sencilla que demuestra que es posible combinar lo original con las necesidades y el estilo de vida contemporáneos. Tras atravesar la entrada, la distribución conserva su disposición tradicional, con la cocina, cerca del acceso y en la esquina frontal del edificio, tal como solía estar: el corazón del baserri y, sobre todo, el lugar de la palabra. Los muros mixtos, apoyados sobre una base de piedra, se alternan con sillares. El edificio se restaura como si se tratara de una escultura. Este proceso está guiado por una libertad de acción reflexiva y por un doble objetivo: crear espacio en el interior del edificio y preservar su identidad.
La primera planta se distribuye en torno al patio central, generando una gran biblioteca que gira en torno a la estructura original de madera. Dos dormitorios en suite en un ala, y el dormitorio principal con sus dos baños, en la otra. La segunda planta, que mantiene la misma posición que el antiguo altillo, constituye una extensión de la propia biblioteca.
